Fracking y el proyecto de España.
El fracking o fractura hidráulica es la técnica para extraer gas natural de yacimientos no convencionales. Esta técnica explota el gas acumulado en los poros y fisuras de ciertas rocas sedimentarias estratificadas de grano fino o muy fino, generalmente arcillosas o margosas, cuya poca permeabilidad impide la migración del metano a grandes bolsas de hidrocarburos. Para ello es necesario realizar cientos de pozos ocupando amplias áreas (la separación entre ellos ronda entre 0,6 a 2 km) e inyectar en ellos millones de litros de agua cargados con un cóctel químico y tóxico para extraerlo.
El proyecto de España.
El Gobierno ya se ha puesto manos a la obra para dar cobertura legal al polémico fracking, nombre con el que se conoce la extracción de gas no convencional mediante fracturación hidráulica. El Consejo de Ministros aprobó el 1 de marzo un anteproyecto de ley sobre sistemas eléctricos en el que incluyó un apartado de control ambiental para esta técnica. Será obligatorio someter esos proyectos al procedimiento de Evaluación de Impacto Ambiental. Este viernes, solo 15 días después, el anteproyecto ya era proyecto de ley y empezaba su tramitación.
Medio centenar de Ayuntamientos de Cantabria y Castilla y León escribieron en enero al ministro de Industria, José Manuel Soria, a través de la Federación Española de Municipios y Provincias, para trasladarle su “preocupación” por el impacto que los estudios de fracking podían tener en el medio ambiente de sus territorios y “en la salud de sus vecinos”. Soria contestó a finales de febrero y dejó clara su postura: “Este ministerio considera que esta técnica debe ser permitida” siempre que se cumplan las medidas de protección del medio ambiente y las personas. Para tranquilizar a los municipios, añadía que las empresas deberán constituir seguros de responsabilidad civil “para hacer frente a eventuales incidentes”.
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