Catedral de Burgos

La catedral de Nuestra Señora de Burgos, construida entre 1221 y 1260, compendia la historia del arte gótico español. En 1984 pasó a formar parte de la Lista del Patrimonio Mundial, donde desde 1979 estaba inscrita su predecesora francesa, la catedral de Chartres.
La catedral de Burgos es uno de los escasísimos templos góticos construidos fuera de Francia que no resulta una réplica de las grandes catedrales francesas de la época.
La máxima originalidad de la obra radica en la rareza de su estructura, así como en sus colosales dimensiones. De planta basilical, posee tres naves, la central con una anchura de 10,5 metros por una longitud de 84,35 metros. La longitud del transepo supera asimismo la de otros edificios de la época. Cada tramo tiene tres brazos, cubiertos por bóvedas de arista. La girola está formada por cinco tramos trapezoidales cubiertos por bóvedas de ojivas quebradas y reforzadas por un nervio secundario. Otra singularidad del proyecto, atribuido a un tal maestro Enrique, de origen francés, radica en que el coro está situado antes del crucero del transepo.

Como sucede en la mayoría de las catedrales góticas europeas, un notable conjunto de esculturas góticas enriquece el interior y el exterior de la catedral burgalesa. Las más importantes se encuentran situadas en las dos puertas del crucero, la de Sarmental y la de la Coronería.
Si se considera la catedral de Chartes el monumento por excelencia del gótico francés, la catedral de Burgos debe tenerse, con todo derecho, como el monumento por excelencia del gótico español.

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